El Autismo es un trastorno complejo de desarrollo que afecta la forma en que una persona ve el mundo y interactúa con los demás. Las investigaciones así como la información actual indican que la prevalencia del autismo está aumentando. Si sos padre, probablemente hayas escuchado hablar del autismo en algún momento. Pero ¿cómo saber si tu hija es autista? Esta pregunta inquieta y preocupa a muchos padres. De hecho, los primeros signos de autismo suelen ser detectados por los padres en los primeros años de la niñez. Por ello es importante conocer qué signos podrían presentarse en los niños para sospechar de un trastorno como el autismo. En este artículo, daremos los consejos necesarios para que los padres de familia sepan detectar los primeros signos de autismo en niñas pequeñas.
1. ¿Qué es el Autismo?
El Autismo es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta principalmente la capacidad de una persona para comunicarse y para interactuar socialmente. Se revela en un rango de síntomas clínicos, entre los cuales se encuentran dificultades para entablar contacto visual, altibajos en el interés social, interacciones sociales rígidas e insensibles y comportamientos repetitivos. Existen diferentes formas y grados de Autismo, también conocido como Trastorno del Espectro Autista (TEA).
En el diagnóstico de Autismo primero se tienen en cuenta los antecedentes clínicos y de desarrollo. Esto es seguido por un examen clínico y un análisis para determinar posibles Factores de Riesgo Genéticos (FRG). El profesional de salud mental que realiza el examen puede utilizar escalas o guías diagnósticas tales como el Test de Diágnostico y Estadística para Trastorno del Espectro Autista (DSM-V) para determinar si un niño tiene los síntomas del TEA.
Es importante puntualizar que una evaluación para el TEA debe ser realizada por un profesional de salud mental capacitado como un psiquiatra, un psicólogo clínico, un neuropsicólogo o un trabajador social. Una evaluación precisa por un profesional calificado asegura que el niño reciba el respaldo, la intervención y el tratamiento adecuados para ayudar al niño a alcanzar el máximo desarrollo posible en la vida.
2. Características Comunes de los Niños Autistas
Los Niños Autistas Comparten Algunos Rasgos
Los niños autistas comparten muchísima diversidad entre ellos, sin embargo, hay algunas características comunes que pueden ser muy ciertas en muchas personas que tienen trastornos del espectro autista (TEA). Estas son:
- Problemas con la comunicación: Estos niños cuentan con un lenguaje limitado que los hace difícil de comprender, al igual que tienen problemas para mantener una conversación en un nivel promedio. Esto puede manifestarse con un lenguaje informal o por la incapacidad de reconocer dobleces en los significados de las palabras.
- Deficiencias en procesamiento social: Esta dificultad puede manifestarse por problemas para iniciar contacto con otros, por no entender la comunicación no verbal, por no entender relaciones jerárquicas, por no mimetizar correctamente otros comportamientos sin necesidad de entender su significado, o simplemente echando de menos o ignorando interacciones sociales imprescindibles.
- Rutinas extremadamente estrictas: Los niños autistas disfrutan de repetir movimientos, sentimientos, ideas, y hasta de crear rutinas. Esto puede manifestarse con movimientos corporales (como agitar las manos), con el uso de frases y el mismo tono de voz, o con la fijación sobre alguno de sus temas favoritos al punto de evitar cualquier cambio en dicha rutina.
Patrones de Interacción Social Comunes En Niños Autistas
Otra característica común en los niños autistas es el patrón de interacción social, el cual se manifiesta con ciertas características específicas a nivel social:
- Triada Hipersocialización – Hiperverbalización: Esta triada marca la sobrevaloración de intereses y de tópicos propios de los niños autistas, los cuales a menudo limitan su objetividad y, como resultado, desencadenan su resistencia al cambio.
- Dificultad Para Aceptar Críticas: Los niños autistas, por las barreras de comunicación que experimentan, tienen problemas para aceptar críticas o comentarios en los que se les señale de alguna manera. Esta situación puede generar patrones de comportamiento reflejo en los que el niño adopte una postura defensiva con el fin de evitar futuras críticas.
- Riesgo de Conformismo: Debido a sus barreras comunicativas, los niños autistas tienen un riesgo de hacerse críticos ante los intestados de otros de manera tal que asumen su opinión como correcta. Esto se denomina conformismo. Asimismo, los niños autistas corren el riesgo de aceptar información por parte de otros sin antes comprobar si es veracidad.
Implicaciones Para La Interacción Social del Niño Autista
Además de los patrones de interacción social comunes, los niños autistas tienen una variedad de comportamientos y procesos que afectan directa o indirectamente su interacción social, desde la captación de señales verbales y no verbales hasta la interpretación de la información recibida, los intereses específicos y la habilidad para realizar interacciones sociales. Estos comportamientos y procesos pueden resultar difíciles para los niños autistas, sobre todo cuando se les presentan situaciones raras o imprevistas. En tales ocasiones, en lugar de ajustarse a la situación la persona autista puede volver a lo cotidiano, algo que puede generar tensiones para la persona a cargo de los cuidados.
3. Signos y Síntomas Específicos del Trastorno del Espectro Autista
La presencia de signos y síntomas específicos para el Trastorno del Espectro Autista depende del desarrollo y edad de la persona afectada, así como de su grado de sensibilidad y severidad.
Deficiencias comunicativas, tanto en formar oraciones como en el diálogo, es una de las características más notables de cualquier caso de TEA, que se manifiesta en falta de lenguaje verbal, dificultad para mantener una interacción social adecuada y para entablar conversaciones.
De la misma manera, también se explican los patterns de comportamiento inusuales de los niños con esta condición, como la tendencia a realizar movimientos repetitivos, como balancearse adelante y atrás, dar vueltas a un objeto, ausencia de juego simbólico o la pobre interacción interpersonal.
4. Evaluar el Autismo en los Niños
La evaluación de un niño con autismo es una parte importante del proceso para obtener un diagnóstico. Un equipo de profesionales de la salud dirigirán la evaluación examinando las áreas de habilidad y aptitud del individuo. Estas áreas se pueden evaluar y observar durante la recopilación de historiales clínicos, la entrevista con los padres y el examen individual por parte del niño. Los padres deben estar preparados para responder preguntas relacionadas con el lenguaje, habilidades sociales, motoras, cognitivas, conocimiento y/o habilidades de juego.
Durante esta evaluación, los profesionales discutirán cualquier anormalidad o signo sospechoso relacionado con el impacto en el desarrollo. Se les pedirá a los padres que proporcionen información clave sobre el comportamiento e interacción del niño, así como los patrones de desarrollo. Puede ayudarles a los padres preparar una lista de preguntas para obtener respuestas a sus inquietudes y obtener consejos y recomendaciones.
Entre las pruebas comunes utilizadas para el diagnóstico de autismo se incluyen la prueba de Autsim Diagnostic Observation Schedule-II (ADOS-II), una recopilación de habilidades y conocimientos estimados para determinar el grado de participación del niño ejecutando comportamientos sociales relacionados con el autismo. Los profesionales de la salud también evaluarán la habilidad de los niños para pautar, comunicar, colaborar e intentar resolver problemas. Estas habilidades contribuirán a un diagnóstico preciso y ayudar a los profesionales de la salud a elegir el tratamiento, las lecciones o terapia más apropiada para el niño.
5. Estableciendo un Plan de Tratamiento para el Autismo
Planificación de Objetivos: Cuando se trata de tratar el autismo, el primer paso es planificar los objetivos. Para establecer objetivos efectivos, se deben tener en cuenta: la edad, el nivel de discapacidad, la familia y los entornos escolares y sociales del individuo. La terapia conductual, la terapia ocupacional y la terapia del habla, entre otras formas de terapia, ayudarán a alcanzar estos objetivos. Estos planes de tratamiento se deben tener en cuenta cuando se busca un objetivo específico para el niño.
Potenciar Habilidades: El segundo paso a seguir para un plan de tratamiento exitoso para el autismo es desarrollar y potenciar las habilidades del niño. Las habilidades se pueden desarrollar a través de herramientas tales como juegos o videos especialmente diseñados, lenguaje de señas y técnicas de resistencia. Además, se debe centrarse en el aumento de la interacción con el niño, ofreciéndole experiencias de juego significativas y alternativas para establecer inferencias.
Aprender Estimulación: El tercer paso para el tratamiento del autismo es aprender y practicar la estimulación. Esta estrategia se puede aplicar a través de una variedad de técnicas o herramientas, como por ejemplo la terapia de comportamiento para el autismo. Estas técnicas promueven el aprendizaje, la memoria, la comunicación, la solución de problemas, la independencia, el juego y la interacción social para los niños con autismo y sus familias.
6. Próximos Pasos para una Educación Adecuada de un Niño Autista
1. Definir el plan educativo individualizado
Uno de los pasos más importantes para proporcionar una educación adecuada a un niño autista es diseñar un plan educativo individualizado (PEI). El equipo IEP (Individualized Education Program) del niño debe reunirse con el niño, la familia y los profesionales de salud calificados para identificar las necesidades específicas del niño con un trastorno del espectro autista y desarrollar un programa de intervención integral para satisfacer esas necesidades. La agenda inicial del equipo IEP debe visitar al niño en el entorno educativo y observar sus interacciones y habilidades. Esta información resultará pertinente para informar el programa IEP.
2. Establecer objetivos funcionales realistas
Una vez que el programa IEP se haya completado, el equipo IEP debe establecer objetivos funcionales realistas para el niño. Estos objetivos pueden relacionarse con la participación en el aula, habilidades comunicativas, habilidades sociales, habilidades para manejar el estrés, conductas desadaptativas, etc. Una vez considerados todos estos factores, el equipo IEP puede determinar qué habilidades se trabajarán en el programa individualizado.
3. Identificar recursos útiles
Otro paso importante para proporcionar una educación adecuada a un niño autista es identificar recursos útiles para apoyar el proceso educativo. Estos recursos pueden ser terapias adaptadas, aplicaciones de aprendizaje y herramientas digitales personalizadas. Estos recursos ayudarán a los maestros a proporcionar apoyo educativo específico a cada niño con trastorno del espectro autista. Existen numerosas herramientas de apoyo educativo para ayudar con el aprendizaje en el aula, tales como guías interactivas, videos, computadoras portátiles, sistemas de respuesta abierta y herramientas de presentación de información. Desde el diagnóstico precoz hasta las posibilidades de tratamiento todos los componentes que rodean al autismo en los niños necesitan una atención exhaustiva. Los padres deben conocer toda la información y aprender cómo saber si su hija es autista, para ayudar a su niño a desarrollarse de la mejor manera posible. Si desean conocer más sobre el tema, hay muchas herramientas y recursos, como el mundo digital, que están ahí para ayudar.